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esta forma de prescripción al
profesional.
Esta estrategia, de tan largo
recorrido y difícil implantación,
se ha visto limitada y bloqueada
recientemente por el cambio en la
normativa, implantada el 1 de enero
de 2016, que elimina la prioridad
de dispensación de genéricos en
la prescripción por principio activo
existente hasta ese momento.
Este cambio está llevando a una
reducción importante en la utilización
de los genéricos ya comercializados
y a una lenta y reducida penetración
de los nuevos genéricos en el
mercado. Esto implica un paso atrás
en la consolidación de la estrategia
y por tanto del grupo de la industria
farmacéutica implicado.
A la vista de esta situación, es
importante transmitir que, si no
se mantiene un elevado nivel de
implantación, podría reducirse
el interés de la industria en estos
productos y su comercialización,
lo que contribuiría a reducir o
desaparecer la competencia en
este segmento del mercado y al
mantenimiento de precios elevados
por parte de las compañías
innovadoras después del vencimiento
de la patente.
Por otra parte, también se han
producido algunas distorsiones a
las que habría que prestar especial
atención, como son reducciones de
precio hasta niveles tan bajos que
en algunos casos ponen en riesgo
el abastecimiento del mercado en
medicamentos con gran interés
terapéutico, que son sustituidos por
alternativas más recientes de mayor
precio.
Es oportuno destacar en este
momento que aunque hemos
aprendido mucho con la estrategia
de implantación de los genéricos
tanto de los aciertos como de
los errores, sin embargo estamos
viendo cómo se repiten los
obstáculos en el acceso al mercado
de los biosimilares, marcado de
nuevo por la generación de duda y
desinformación en profesionales y
pacientes, que debe ser superada
haciendo un gran esfuerzo,
mediante acciones formativas e
informativas rigurosas desde las
Administraciones Sanitarias y desde
el grupo de laboratorios que los
comercializan. En este sentido,
hubiera sido deseable que todos
los agentes tuviéramos presente
la experiencia anterior y que cada
compañía se dedique a informar
sobre sus productos sin crear
“fantasmas” sobre sus competidores
para evitar los obstáculos y agilizar
los tiempos de introducción de los
biosimilares.
Los 20 años de los medicamentos
genéricos nos han aportado a todos
interesantes lecciones sobre lo que
las Administraciones Sanitarias, la
industria farmacéutica y el resto de
los agentes relacionados pueden
hacer y cómo hacerlo. Pero aunque
20 años son muchos en un sector
tan dinámico como el farmacéutico,
la cuota de mercado alcanzada
por los genéricos en España y las
ventajas que han aportado a la
sostenibilidad del SNS, nos obligan
a todos a mantener el respaldo y
apoyo a su uso, adoptando nuevas
medidas que contribuyan a su
crecimiento y por tanto a generar
recursos que permitan financiar la
verdadera innovación.
““
Si no se mantiene un elevado nivel de
implantación, podría reducirse el interés
de la industria en estos productos, lo que
contribuiría a reducir o desaparecer la
competencia