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En definitiva, el valor máximo del

IC90 del ABCpotencial genérico

nunca puede presentar valores por

encima o por debajo de los valores

obtenidos al sumar o restar a la

media del ABCreferencia el 20%

de su valor. Es por tanto muy difícil

que una formulación que pretende

ser bioequivalente con una de

referencia supere este ensayo si el

grado de exposición del individuo al

fármaco, es decir el valor del ABC

tras la administración del EFG, no

es muy próximo al observado en un

mismo individuo cuando recibe la

formulación de referencia.

Conclusión

Para que un medicamento

demuestre bioequivalencia respecto

a otro de referencia, el cociente

de los valores medios de los

parámetros farmacocinéticos (ABC

y Cmax) ha de ser próximo a la

unidad para que los límites superior

e inferior de su IC90 se encuentren

dentro del margen aceptado, para

lo cual la diferencia entre los valores

medios de biodisponibilidad en

magnitud y velocidad será muy

probablemente, inferior al 10%. De

hecho, en un estudio realizado con

2070 ensayos de bioequivalencia

autorizados por la FDA (Ann

Pharmacother 2009; 43: 1583-97)

se encontró que la diferencia de

los valores medios del ABC entre

el medicamento de referencia y el

genérico era inferior al 3,2%.

Los genéricos, al haber demostrado

su bioequivalencia con los

medicamentos de referencia,

son intercambiables con ellos.

Esto significa que no sería

posible establecer diferencias de

eficacia y seguridad entre ambos

medicamentos en ensayos clínicos

controlados que midan variables

clínicas finales o subrogadas de la

respuesta y que están considerados

en la actualidad como el primer

nivel de evidencia científica.

La bioequivalencia asegura la

intercambiabilidad de los genéricos

con sus medicamentos de referencia

con independencia del diagnóstico

del paciente, la gravedad de la

enfermedad, la edad, la asociación

con otros tratamientos o, incluso, el

perfil genético del paciente.

Por todo ello creemos que prescribir

genéricos es una buena práctica

médica, que no disminuye la calidad

de la terapéutica ni compromete la

seguridad de los tratamientos y es

solidaria con el sistema público de

salud. Pese a ello, se mantendrán

todavía posiciones críticas hacia los

genéricos. Esta situación parece

ya inevitable aunque esté basada

en errores de interpretación de los

resultados y en el desconocimiento

de la metodología utilizada. W.

Trotter, un prestigioso neurocirujano,

encontró situaciones similares en

su práctica de la medicina que

describió como “La misteriosa

viabilidad de lo falso”.

““

Es muy difícil que una formulación supere

el ensayo de bioequivalencia si el Área

Bajo la Curva no es muy próximo al

observado en un mismo individuo cuando

recibe la formulación de referencia

EL PAPEL DE LOS GENÉRICOS DESPUÉS DE 20 AÑOS EN ESPAÑA

BIOEQUIVALENCIA:

EL MITO DEL 20%.