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revista de la asociación española de medicamentos genéricos AESEG

www.aeseg.es

en genérico 

19

o

pinión

CULTURA FARMACÉUTICA

Nome llames John Smith

D

e momento, no me hagas caso.

Llámame John Smith. Que es como

decir Antonio López o Manuel

García en tu país. Soy americano, de pura

cepa virginiana, y trabajo en la industria

farmacéutica. En la fábrica me enamoré

de Winona Perkins. Cuando vi su carita

entre cajas, y esa silueta inconfundible, ya

no tuve ojos para otra. Al poco tiempo, la

vida nos separó. Pero los dos somos como

nosotros, tenemos una forma especial

de comunicarnos, en la que el cariño no

sabe de distancias. Por eso sé que ahora

ella está bien, dedicada a lo suyo, que es lo

mío, y dando lo mejor de sí misma.

Yo trabajo a las órdenes de Elizabeth, en

la farmacia que

Walgreens

tiene entre

la Sexta Avenida y la calle Denny de la

ciudad de Seattle, estado de Washington.

Es uno de esos supermercados que al

fondo tiene el dispensario de Farmacia,

donde siempre te atienden con la debida

discreción o te dan el consejo farmacéuti-

co que necesitas. Me enorgullece trabajar

en Walgreens porque es la primera

cadena de farmacias de

Estados Unidos

,

aunque también sé que Winona es feliz

trabajando en

CVS Pharmacy

, segunda

corporación del país en dispensación

de fármacos. Aunque los dos sabemos,

igualmente, que algunos de nuestros

compañeros de promoción también

están muy contentos en

RiteAid

. Como

sabes, a diferencia de

España

, donde

cada farmacéutico titular es empresario,

el mercado farmacéutico de dispensación

de Estados Unidos se reparte entre las

tres cadenas que te he dicho: Walgreens,

CVS Pharmacy y RiteAid.

Cuando miro a Elizabeth veo que a los

dos nos sienta muy bien el aire marino

del Océano Pacífico. Y, aunque muchas

veces llueve o está nublado, a mí me

gusta mirar el pirulí del

Space Needle

,

levantando la vista por encima de los

anaqueles. La miro y la remiro y me da

por pensar que es como una gran antena

de telecomunicaciones. Y que a mí me

gustaría salir en la tele y ser famoso. Pero

enseguida, Elizabeth me quita la idea de

la cabeza. Me recuerda, con simpatía, que

mi importante misión en la vida es otra

y que la “tivi” no es para mí. Yo admiro

mucho a Elizabeth. Americana de origen

asiático, como buena parte de la pobla-

ción de Seattle, se le encienden los ojos

cuando habla de su trabajo. Tuvo que

estudiar cuatro años de Farmacia básica

y otros cuatro de especialización. Ahora

sabe todo lo que hay que saber sobre

fármacos y disfruta de una profesión que

es casi tan envidiada como la de médico

en los Estados Unidos.

Ella me contó, por ejemplo, que los me-

dicamentos genéricos disfrutan de una

clara diferenciación de precio respecto

a las medicinas de marca, y que unos y

otras gozan del máximo prestigio entre la

sociedad americana. Tambiénme dijo Eli,

como yo la llamo, que los farmacéuticos

del estado deWashington no tienen que

seguir forzosamente los dictados del Libro

Naranja

1

, donde se recogen las pautas

federales de la

FDA

, a la hora de sustituir

unos medicamentos por otros. Y que,

incluso, Walgreens permite abonar los

medicamentos genéricos a un preciomás

bajo, mediante programas específicos

2

.

Precios aparte, vuelvo a mirar la Aguja

del Espacio y me acuerdo de Winona.

Ella trabaja en la CVS Pharmacy que hay

entre la Cuarta Avenida y la calle Lenora,

justo enfrente del cine al que iban de

chavales los fundadores de

Microsoft

.

En esa farmacia, el farmacéutico Steve le

dijo un día a mi chica que las ventas de

genéricos en su establecimiento pueden

llegar hasta el 90% de las ventas

3

. ¿Te lo

puedes creer? Todo un orgullo.

Pero, espera, llega una abuelita, proba-

blemente beneficiaria del

Medicare

. Ese

mismo que no se sabe muy bien si llegará

a trastocar el presidente

Donald Trump

con su contrarreforma sanitaria. Da su

prescripción a Elizabeth y ella me mira

con ternura. Me pone en su mano y ya

sé para qué nací. Ya no quiero salir en la

tele, ni ser famoso. Solo quiero curar o

aliviar el problema de salud de mi nueva

amiga. Por eso, no me llames John Smith.

Llámame por mi principio activo. Y que

tengas una vida tan plena como la que he

tenido yo.

Luis Ximénez

Responsable de AgenteX,

información en salud.

en Twitter: @agenteximenez

1.

FDA’s Approved Drug Products with Therapeutic Equivalence Evaluations, Conocidas como The Orange Book o el Libro Naranja.

2.

Prescription Savings Club (PSC),

Walgreen’s generic drug program.

3.

Según datos de la Generic Pharmaceutical Association.