El Gobierno fracasa en la política de medicamentos genéricos
Madrid, 20 de mayo de 2003.- La evolución del mercado español de especialidades farmacéuticas genéricas (EFG´s) al cierre del primer trimestre de 2003 no puede ser más desalentadora, tanto para el sector como para la futura implantación e incidencia de los genéricos en el mercado farmacéutico nacional. La cuota media del mercado en valores de los últimos doce meses (abril 2002-marzo 2003), en relación con el mercado farmacéutico total, se situó en el 3,75%, una décima más que la media de todo el año 2002. Por lo que se refiere al primer trimestre de 2003 (enero-marzo), los datos son, si cabe, mucho más preocupantes: diciembre de 2002 representó el 4,1% del mercado farmacéutico total, en tanto que en marzo de 2003 el porcentaje de ese mismo mercado tan solo alcanzó el 4%, es decir, una décima por debajo del mes de diciembre.
La evolución de las cifras del mercado en unidades de EFG´s vendidas demuestran igualmente su escasísima penetración respecto al mercado farmacéutico total: la cuota media de los últimos doce meses (abril 2002-marzo 2003) se situó en el 4,8%, tres décimas más que la media de todo el año 2002. Por lo que se refiere al primer trimestre de 2003 (enero-marzo), los datos tampoco son esperanzadores: en diciembre de 2002 representó el 5,4% del mercado farmacéutico total, en tanto que marzo de 2003 se situó en el 5,5%, tan sólo una décima más que en el mes de diciembre.
Los datos anteriores no pueden ser más concluyentes: el mercado de medicamentos genéricos apenas se incrementó en los doce últimos meses, entre UNA Y TRES DÉCIMAS, ya sea en valores o unidades, en tanto que el gasto farmacéutico total mantiene crecimientos anuales en torno al DIEZ POR CIENTO. Estas dos realidades, por sí mismas, ponen de manifiesto el fracaso del Gobierno español, tanto en la política de desarrollo e implantación de los genéricos como en el control del gasto farmacéutico.
La situación también pone de manifiesto que sin un incremento sostenido y relevante del mercado de EFG’s, por encima del porcentaje de crecimiento del mercado total, no será posible controlar el aumento del gasto farmacéutico en niveles razonables. De hecho, el crecimiento del gasto farmacéutico del año 2002, que ascendió al 9,81 %, representa más del doble de todo el mercado de medicamentos genéricos, seis años después de su introducción en España. Con una cuota de mercado de medicamentos genéricos tan pequeña, la pretensión de ahorro aplicada sistemáticamente por el Ministerio de Sanidad, vía bajadas de precios directas o por medio del Decreto de Precios de Referencia, apenas tiene incidencia en el crecimiento del gasto farmacéutico total, como se encargan de demostrar los datos, mes a mes y año tras año. AESEG siempre ha considerado como una equivocación esta política mantenida por el Gobierno desde poco después de la aprobación de los medicamentos genéricos en España. Las propias autoridades sanitarias también han terminado por reconocer públicamente, después de varios años, que el mercado de medicamentos genéricos se halla estancado.
Lamentablemente, la nueva Ley de Cohesión y Calidad que acaba de aprobarse, no solo no corrige la situación sino que incide aún más en la política de bajada de precios de los medicamentos genéricos, cuando apenas existe ya margen de actuación y, en consecuencia, se abren vías a prácticas de dumping; es decir, la venta por debajo de costes para eliminar laboratorios competidores. En concreto, la aplicación de la Disposición Final Tercera, que modifica la Ley del Medicamento (Art. 94, apartado 6), supone una bajada media del 30% respecto a los anteriores precios de referencia.
Con el actual marco legislativo, la situación puede acabar en desastre empresarial y económico para los intereses sectoriales y para el control del gasto farmacéutico en nuestro país, cercenando de raíz la oportunidad histórica de asentar una industria española incipiente con potencial innovador, a la vez que se limitará mucho más la capacidad de negociación de los futuros gobiernos y la posibilidad de condicionar el crecimiento del gasto farmacéutico al facilitar el dominio del mercado del medicamento a un grupo reducido de multinacionales de otros países.
El mantenimiento de esta política errónea del Gobierno también pone en evidencia el diferencial que representa el mercado español de medicamentos genéricos respecto a la media europea, especialmente, cuando ya han transcurrido casi seis años desde la introducción de las EFG’s. Mientras la media de los países de nuestro entorno se sitúa en el 15%, España continúa a la cola del pelotón con el 3,75%. La comparación de los datos anuales por países permite también comprobar la relación directa que existe entre un crecimiento reducido del gasto farmacéutico y el mayor o menor porcentaje del mercado de medicamentos genéricos existente en esos países.
Para contener el gasto farmacéutico es imprescindible incrementar significativamente la cuota de mercado de medicamentos genéricos, para lo que resulta determinante el compromiso permanente del médico en la prescripción de EFG´s y un giro radical en las políticas actuales que afectan a los genéricos.
AESEG quiere hacer pública la gravedad de la situación así como la responsabilidad directa del Ministerio de Sanidad y del Gobierno en las consecuencias que puede provocar la prolongación de una política que es obviamente equivocada y, a todos los efectos, ineficaz y contraria a los intereses del sector de medicamentos genéricos, del Estado y de todos los ciudadanos. Los hechos se han encargado de demostrar que no es posible hacer una política de EFG´s sin tomar en consideración las propuestas del sector de medicamentos genéricos. Con este propósito y el de trasladar la preocupación del sector así como analizar la posibilidad de corregir la deriva actual, la Asociación ha reiterado nuevamente la solicitud urgente de una entrevista con la Ministra de Sanidad y Consumo.
Como ha sido reconocido, tanto por las autoridades españolas como por las internacionales, las EFG´s constituyen una necesidad socioeconómica de la que se benefician directamente los estados, a través de los presupuestos generales y los propios ciudadanos.