Visión 360º del genérico: Jesús Gómez
Se cumplen veinte años de la llegada de los medicamentos genéricos a España. Veinte años en las que muchas cosas han cambiado en la sanidad española, pero permanece inalterable la necesidad de mantener su calidad y su sostenibilidad para garantizar la pervivencia del Sistema Nacional de Salud, uno de los pilares indiscutibles de nuestro estado de bienestar. Una sostenibilidad a la que en todo este tiempo han contribuido decisivamente los medicamentos genéricos, tanto facilitando la accesibilidad de los tratamientos farmacológicos a la población como permitiendo ahorros considerables en las finanzas de la prestación farmacéutica pública.
Y es que, desde su entrada en el mercado español hasta la actualidad, los genéricos han sido un elemento imprescindible en las políticas de racionalización del gasto público en medicamentos impulsadas por las distintas administraciones sanitarias, tanto autonómicas como desde el gobierno central, en especial a partir de la introducción de la prescripción por principio activo.
El uso de los genéricos también ha servido para armonizar el mercado de medicamentos y para reforzar el sector en España con una industria de calidad y comprometida con la investigación y el desarrollo.
Sin embargo, el sector tiene por delante retos que debe acometer para seguir afianzándose como puntal de la sanidad en España. De hecho, el mercado de genéricos en España aún no está a nivel de la media europea, ya que mientras aquí se sitúa en un 40% en unidades y un 20% en valores, en otros países del entorno europeo estos porcentajes alcanzan el 60% y 25%. Esto probablemente es debido a que existe desde hace años una cultura del genérico mucho más asentada en otros países.
No obstante, en los últimos años también se ha producido en nuestro país una relajación en el impulso a estos medicamentos genéricos y han disminuido las campañas institucionales dirigidas a difundir su valor.
Es posible que ya no se considere imprescindible, desde algunos ángulos, seguir impulsando esta cultura del genérico, habida cuenta de que en España el precio de los medicamentos también es de los más bajos de nuestro entorno (y en ocasiones el precio del medicamento de marca también es bajo), pero es necesario reflexionar sobre qué medidas se van a seguir tomando para que la sanidad y la prestación farmacéutica sean sostenibles en un contexto social de envejecimiento poblacional, aumento de las enfermedades crónicas y más polimedicación.
Algunos aspectos siguen sin resolverse plenamente. A pesar del tiempo transcurrido aún existen algunos recelos o reticencias injustificadas en parte de la población, sustentadas en el desconocimiento pero que, sin embargo, exigen un esfuerzo para desterrarse definitivamente. Las continuas rebajas de precio o algunas políticas más que cuestionables que han roto el mercado y han dejado la provisión de medicamentos en manos de determinados proveedores con escasa presencia en nuestro país, tampoco han beneficiado al sector. Estas políticas, aunque han intentado maquillar el crecimiento de la factura farmacéutica en recetas, han desvalorizado el fármaco como alta tecnología y han generado la percepción por parte de pacientes y profesionales de problemas de adherencia terapéutica debido a efectos colaterales como los desabastecimientos o los continuos cambios en la medicación (en presentaciones, tamaños, formas, etc.).
Voltear esta situación y permitir que los genéricos ocupen el papel relevante que merecen en la sanidad española exige varias líneas de trabajo. En primer lugar, recuperar el valor del medicamento y de los profesionales que con él trabajan; potenciar una política homogénea en todo el país (a salvo de aventuras particulares en las distintas comunidades autónomas); acelerar los procedimientos de aprobación de genéricos; y, por último, pero no menos importante, desde el punto de vista asistencial, aumentar la trasparencia y la información, así como fomentar una mayor bioapariencia en las presentaciones que evite problemas de falta de adherencia terapéutica producidos por la confusión en los pacientes ante los cambios en la medicación.
