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CARLOS LENS

SUBDIRECTOR GENERAL DE

CALIDAD DE MEDICAMENTOS Y

PRODUCTOS SANITARIOS DEL

MINISTERIO DE SANIDAD, SERVICIOS

SOCIALES E IGUALDAD

LO MÁS

IMPORTANTE

DESPUÉS DE

ENCONTRAR UN

TESORO ES NO

PERDERLO

El futuro de la sanidad en España plantea enormes

retos. El envejecimiento de la población supondrá más

patologías crónicas y más dosis de medicamentos

conforme aumente la longevidad. Además, a mayor

número de pacientes polimedicados, más riesgo de

confusión y de interacciones farmacológicas. España,

a diferencia de otros países, tiene una amplísima

cobertura de medicamentos: el 82% del mercado de

recetas goza de financiación pública, más del 90% en

hospital. Somos un estado muy generoso porque la

media de la Organización para la Cooperación y

Desarrollo Económico (OCDE) es del 44% de

financiación pública de los medicamentos, y ante todo

hay que proteger esto.

Para ello, los medicamentos genéricos son un

elemento capital. La población debe seguir confiando

en los genéricos porque esa confianza es un auténtico

tesoro y la garantía de que nuestro sistema de salud

será sostenible en el futuro.

Si nuestros pacientes y nuestra sociedad confían en el

genérico es que algo habremos hecho bien, porque

técnicamente no hay ninguna razón para la descon-

fianza. Los condicionantes técnicos de farmacopea y

criterios de calidad avanzan, y un medicamento

genérico tiene que dar los niveles de calidad máximos

que exigen las agencias reguladoras en cada

momento. Sin que esto quiera decir que el innovador

sea malo, hace que el genérico sea, en muchos casos,

mejor que el innovador que lo generó.

Nuestra sociedad valora el genérico, y cuanto más lo

valore, más conviene que lo reforcemos para evitar que

se olvide esa confianza. Es un tesoro que no debemos

perder. Tiene un valor incalculable, como compruebo

con demasiada frecuencia cuando hablo con colegas

de otros países de nuestro entorno donde el genérico

sigue teniendo peor reputación que el medicamento de

marca.

Pertenezco a una generación en la que las necesidades

de desarrollo eran inaplazables. Si queríamos hacer

avanzar nuestro país había que generar riqueza, que se

mide en producto interior bruto (PIB). También en ese

ámbito la industria del medicamento ha sido clave y no

solo en el sector industrial, sino en el de servicios, ya

que el gran valor del medicamento está no solo en su

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