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ANA CASTAÑO

RESPONSABLE DE SANIDAD

DE PODEMOS

MENOS ES MÁS:

POR UNA

RACIONALIZACIÓN

DE LA

MEDICACIÓN EN

ESPAÑA

Cuando nos preguntan por las medidas para reducir el

gasto farmacéutico en nuestro país, siempre

contestamos que lo primero sería racionalizar la

prescripción. Por supuesto que los genéricos son una

medida de racionalización del gasto y han sido, son y

serán fundamentales en la contención del gasto y la

sostenibilidad del sistema. Pero como segundo país de

la Unión Europea con más medicamentos recetados

por paciente y año, ¿estamos seguros de que es

necesaria tanta medicación? Especialmente benzodia-

cepinas, donde tenemos un pico exagerado. ¿Es

necesario?

Debemos adaptarnos a evaluar correctamente en cada

paciente y cada situación si es necesaria una

medicación concreta, porque además del exceso de

prescripción, a veces, los pacientes parecen víctimas

de una guerra entre distintas opciones farmacológicas

que no siempremuestran ser realmente eficientes.

Con respecto a fármacos como las benzodiacepinas,

sería interesante ver qué hacer desde la industria,

incluso una campaña por un consumo racional de

medicamentos, para consumir “lo necesario y no más”.

Esto debería además suponer cambios sociales como

el que a los individuos se les permita atravesar un duelo,

por ejemplo. Un duelo es un proceso que hay que hacer

y muchas veces no tenemos ni tiempo, por lo que

acudimos a consulta a por una pastilla que nos permita

seguir sin freno. ¿Es eso necesario? ¿Es eso bueno

para la persona, para la sociedad, para la sostenibilidad

del sistema?

Ahí es donde entra una pata fundamental para

nosotros, el redimensionamiento correcto de la

atención primaria que muchas veces no está dotada de

material ni del personal apropiado. En un sistema en el

que va a haber una continuidad de cuidados de

patologías crónicas, hay que poner mucho énfasis en la

atención sociosanitaria, en los barrios, en atención

primaria, etc. Eso no supondría un aumento de la

medicación ni tampoco necesariamente del gasto

sanitario.

Creemos además en el concepto de valor compartido,

que es la ética social de este momento. Hay grandes

posibilidades en alianzas entre la administración y la

industria, siempre que estos acuerdos partan de

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