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marca original de 14 cápsulas de
este medicamento costaba 5.303
pesetas. Hoy en día 28 cápsulas de
un genérico cuestan 2,42 €. Es decir,
un 96% menos.
Ahora bien, siendo este aspecto de
la regulación de precios uno de los
beneficios del genérico, para que el
modelo sea sostenible en el tiempo
necesita límites. Hay que diferenciar
bien entre valor y precio. El valor
que aporta un medicamento para
el tratamiento de una patología a
lo largo de todo un mes no debe
siempre traducirse a un precio que
tiende a cero.
Quiero poner un ejemplo muy claro
y contundente en este sentido.
Hoy en día, el tratamiento de tres
patologías para todo un mes (como
es el caso de la hipercolesterolemia
con simvastatina; de hipertensión
con enalapril y de un post accidente
cardiovascular con ácido acetil
salicílico) cuesta 3,39€, con la
aportación de la industria y los
márgenes de la distribución y oficina
de farmacia, impuestos incluidos.
Esta cifra es un 28% inferior a los
4,70€ que cuesta aparcar un coche
en Madrid, en la calle, en una zona
verde de aparcamiento regulado
durante dos horas. Es un claro
ejemplo de diferencia entre valor y
precio.
En cualquier caso, pese al contexto
de dificultades, confío en que puede
haber un largo camino en el papel
de los medicamentos genéricos y
en el valor que este sector aporta.
Es un derecho social poder elegir,
entre medicamentos iguales en
eficacia, calidad y seguridad,
aquellos que contribuyen a la
sostenibilidad del sistema y que
generan más riqueza en nuestro
país. Para lograrlo, sólo se requiere
cierta estabilidad, tanto a nivel
central como autonómico. Normas
que permitan a los genéricos seguir
siento diferenciales y atractivos
en un aspecto determinante en el
momento de la elección: el precio.
Todo ello, permitiendo el desarrollo
y la continuidad de un sector
farmacéutico de enorme valor y que
crea riqueza en España, tanto por
sus inversiones a nivel industrial,
como en I+D+i y en empleo de
calidad.
No debemos olvidar la importancia
en el mantenimiento del necesario
equilibrio entre la innovación y la
sostenibilidad. En el primer aspecto,
como ciudadanos, todos aspiramos
a poder acceder a los nuevos
tratamientos que la investigación
y la industria farmacéutica ponen
en nuestra mano. Y en el segundo,
es innegable el valor del genérico
como herramienta básica para la
regulación de precios, de forma que
los ahorros obtenidos por esta vía
se destinen a la financiación de las
innovaciones.
Desde nuestra empresa, estamos
convencidos de la importancia
de este sector. En Grupo Cinfa
trabajamos cada día para aportar
soluciones de calidad en farmacia,
en biotecnología y también en
movilidad. Y lo hacemos a través
de cinco plantas industriales, una
importante presencia internacional
y dando empleo a 1.800 personas.
Este es nuestro modelo para nuestro
querido país. Con el esfuerzo y
la implicación de todos, seremos
capaces de conseguirlo.
““
Es un derecho social poder elegir, entre
medicamentos iguales en eficacia, calidad
y seguridad, aquellos que contribuyen a la
sostenibilidad