REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 40
uando los estantes de los comercios se llenan de turrones, mazapanes y otras delicias hipercalóricas típi- cas de la Navidad —cada vez con más antelación, dicho sea de paso—, hay quienes se echan a temblar. Para otros, en cambio, es una de las épocas más ilusionantes del año, que aprovechan para viajar a aquellos países centroeuropeos con una tradición más arraigada de mercadillos navideños. Aunque se remontan a la Edad Media, en su origen tenían una utilidad distinta: aprovisionarse de alimentos para pasar el invierno. Después comenzaron a venderse productos más especiales, no tanto de primera necesidad, como castañas asadas o dulces, hasta transformarse en los mercados de temporada festiva que hoy conocemos. El dato varía según las fuentes, pero parece que el primero del que hay evidencia es el Striezelmarkt , en la ciudad germana de Dresde , fundado en 1434. Actualmente, éste sigue siendo uno de los imprescindibles, según la encuesta anual de European Best Destinations , web dedica- da a promover la cultura y el turismo en el Viejo Continente. Más de 2,5 millones de visitantes acuden al reclamo de su pirámide escalonada (la Erzgebirge, que supera los 14 metros de altura), su fastuoso árbol de Navidad y delicias como el tradicional christstollen , pan con pasas y cubierto de azúcar. Sin embargo, el que encabeza la lista, por cuarto año consecutivo, es el Adviento en la Basílica de Budapest (Hungría). Hasta el Grinch se rendiría ante esta idílica postal conformada por un centenar de casetas con artesanía y platos típicos, una pista de patinaje sobre hielo, música y luces proyectadas en la fachada de la basílica de San Esteban. Le sigue en el podio el de la ciudad rumana de Craiova , «una joya escondida», según European Best Destinations. Viene a ser un cruce entre mercadillo navideño y Disneylandia. Es decir, el sueño definitivo para los más pequeños. Propone cuatro universos distintos: la tierra de la Bella y la Bestia, la aldea de Papá Noel, la tradición rumana y una Navidad futurista inspirada en La guerra de las galaxias . En tercer lugar, y ostentando también el títu- lo de Mejor Mercado de Navidad de Francia, encontramos el de Metz , en el noreste del país. Uno de sus atractivos es su Sendero de Linternas, una ruta con 400 faroles, elfos y personajes navideños. Visitarlo es, además, una estupenda ocasión para contemplar la magnífica catedral gótica de San Esteban. Si pasar frío no es lo suyo, no sufran, que también pueden empaparse del espíritu de la Navidad sin salir de España. En pleno Barrio Gótico de Barcelona encontramos la Fira de Santa Llúcia, fundada en 1786, donde podremos adquirir artículos para decorar nuestro árbol o belén, como el ya imprescindible caganer. Málaga , Bilbao , Madrid o Sevilla , entre otras ciudades, cuentan también con mercados entrañables donde vivir la época navideña tan plenamente como en nuestra infancia. LA EXPERIENCIA C CAROLINA PRADA Periodista y comunicadora Ruta de mercadillos navideños por Europa Mercado navideño en Erfurt Striezelmarkt www.aeseg.es | 40
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