REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 38

WEARABLES magina a una persona con riesgo de enfermedad cardíaca que usa un reloj inteligente capaz de hacer electrocardiogramas y mo- nitorizar pulsaciones en tiempo real. Si el dispositivo detecta alguna irregularidad, puede generar una alerta e incluso un informe detallado que pueda enviarse al cardiólogo del paciente. Esto es posible a día de hoy gracias a los relojes inteligen- tes con sensores cardíacos que están al alcance de cualquier usuario y que facilitan el diagnóstico temprano y una atención médica mucho más oportuna, rápida y efectiva. Hablamos de tecnología al servicio de la salud, con soluciones que cada día se de- mocratizan más gracias a los wearables , es decir, dispositivos diseñados para ser usados como accesorios -bien en forma de pulseras de actividad o relojes inteligentes-, para realizar mediciones relacionadas con la salud y proporcionar información relevante minuto a minuto. Si bien en sus orígenes eran capaces de poco más que rastrear pasos y medir calorías quemadas, con el tiempo estos gadgets se han hecho “más listos”, al punto que ya son capaces de medir la tensión arterial o la saturación de oxígeno en sangre. Estos datos, que se guardan en una aplicación móvil que se conecta al dispositivo, permiten llevar un control de la salud del usuario, con información de gran valor para su médico de cabecera o profesional sanitario. TECNOLOGÍA ALIADA DE LA MEDICINA La clave está en los sensores que incor- poran estos dispositivos: les permiten medir y rastrear una amplia gama de parámetros de salud y actividad física, brindando a los usuarios información va- liosa para llevar un control más efectivo de su bienestar. Así, prácticamente todos los relojes inteligentes y las pulseras de actividad ya cuentan con acelerómetros y giroscopios que detectan el movimien- to y la orientación, pudiendo entonces rastrear la actividad física, como contar pasos y calcular la distancia recorrida por el usuario. La disponibilidad de los sensores varía entre marcas y modelos. Algunos incluso monitorizan la temperatura corporal, con lo que ayudan a detectar variaciones que puedan anticipar una afección de salud. Los hay que pueden medir la saturación de oxígeno en sangre, lo que puede proporcionar información sobre la salud respiratoria. Los modelos más completos incluyen sensores de presión arterial que permiten a los usuarios controlar su tensión en cualquier momento, lo que resulta valioso para personas con hipertensión o en riesgo de enfermedades cardiovascu- lares. Otros incluso pueden registrar la actividad eléctrica del corazón y detectar arritmias cardíacas: son capaces de hacer electrocardiogramas homologados a nivel sanitario. Son muchos los modelos que miden la calidad del sueño, algo esencial para el bienestar: basándose en patrones de respiración, pulsaciones, temperatura y movimiento son capaces de recopi- lar información sobre la duración del descanso, la eficiencia del mismo y los di- ferentes estados de sueño por los que ha pasado el usuario, proporcionando datos de interés para fines sanitarios. Sin duda, los wearables al servicio de la medicina tienen el potencial de revolucio- nar la atención sanitaria: su capacidad de recopilar información valiosa que puede compartirse con los médicos, permite una atención más efectiva y personaliza- da. Queda claro que a medida que avan- zamos hacia un futuro más conectado, es importante abrazar estas innovaciones, siempre entendiendo que si bien son herramientas útiles para el autocuidado y la prevención, su uso debe complementar pero nunca reemplazar, la opinión experta de los profesionales de la salud. De la medición de pasos al control cardíaco I LOS WEARABLES Y GADGETS DE SALUD OFRECEN UN CONTROL INTEGRAL DE ÉSTA, PERMITIENDO INCLUSO COMPARTIR DATOS CON MÉDICOS PARA UNA ATENCIÓN MÁS PERSONALIZADA ESPERANZA HERNÁNDEZ Periodista especializada en tecnología Redactora de GizTab.com en Twitter: @hernandezeat tecnología www.aeseg.es | 20 NÚMERO 38 | DICIEMBRE 2023

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