REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 37

RETOS i ponemos blanco sobre negro las fortalezas frente a las debilidades en la co- municación de la industria farmacéutica, no podemos perder de vista que nos encontramos en un momento de punto de inflexión en este análisis. Curiosamente, algunas de las debilidades han ido virando a fortalezas y se ha abierto una clara oportunidad: poner a la industria en su lugar. El clásico DAFO incorpora dos nuevos elementos en esta reflexión: una asignatura pendiente y un reto. ¿Hay algo que nos importe más que la salud? Definitivamente, no. Es la principal fortaleza del sector, el interés está garantizado. Una receptividad que se ha acusado notablemente durante la pandemia, que impulsó una atención sin precedentes por los avances de la indus- tria, convertida en la gran esperanza. La industria farmacéutica cuenta y ha contado tradicionalmente con equipos de comunicación sólidos, especializados y profesionalizados, y un perfil de comu- nicación activa que facilita el acceso a fuentes y a portavoces de máxima refe- rencia. Se ha posicionado como un sector que destaca como motor económico, empleo de calidad, referente en talento femenino y en el progreso por la equidad y el liderazgo sin género. En contrapartida, no ha conseguido de forma definitiva poner en valor su enorme contribución a la ciencia, la virtud de la investigación y lograr la empatía social, ya que su reputación ha sido muchas veces cuestionada. ¿Por qué? Puede que sea porque su comuni- cación ha estado condicionada por los límites de la regulación y su caracterís- tica endogamia, más hacia dentro que hacia fuera, en un ámbito muy expuesto tanto a sambenitos como a fake news . “Romper el cascarón” ha sido la eterna asignatura pendiente. El sector ha tenido muy presente la colaboración con las instituciones, los profesionales sanitarios, el mundo académico y asociativo, y ha colocado siempre al paciente en el centro. No obstante, el “todo por el paciente pero sin el paciente” en algunos proyectos que no le involucraban desde el princi- pio ha puesto en entredicho la premisa de situarle en el centro, hasta que se ha dado un paso adelante en la cocreación real con éste y otros agentes para el desarrollo de iniciativas conjuntas. El reconocido científico Mariano Bar- bacid ha declarado en una reciente en- trevista a El Mundo : «Sigo investigando. Sólo necesito neuronas y financiación». Sobra decir la relevancia que ocupa la industria en esta afirmación por su con- tribución a hacer posible la grandeza de investigar. España autorizó el año pasado más de novecientos ensayos clínicos con medicamentos, según el Registro Español de Estudios Clínicos de la Agencia Española de Medicamen- tos y Productos Sanitarios . La mayoría fueron impulsados por compañías farmacéuticas. Una vez que ha mejorado la percepción social sobre la industria, ésta tiene el doble reto de consolidar su reputación actual y la divulgación sanitaria más allá de la patología, concienciando sobre la prevención, el autocuidado, los hábitos saludables... Esto supondría una contribución activa a una mejor formación de la sociedad en salud, a una sociedad con mayor bienestar. Para poner a la industria farmacéutica en el lugar que le corresponde hay que dar recorrido a su propósito corporati- vo, así como afianzar un nuevo relato que ponga en valor el esfuerzo de desa- rrollar soluciones para salvar vidas. Un nuevo relato para la industria farmacéutica S UNA VEZ QUE HA MEJORADO LA PERCEPCIÓN SOCIAL SOBRE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA, ÉSTA TIENE EL DOBLE RETO DE CONSOLIDAR SU REPUTACIÓN ACTUAL Y LA DIVULGACIÓN SANITARIA MÁS ALLÁ DE LA PATOLOGÍA CRISTINA RODIERA Directora Área Salud ATREVIA comunicación www.aeseg.es | 31 NÚMERO 37 | ABRIL 2023

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