REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 36
n un país con ocho meses de auroras boreales, en el que erupcionan volcanes de nombres impronunciables como el Eyjafjallajokull, en el que habitan más del doble de ovejas que de humanos; en el que durante cuatro siglos se mantuvo oficialmente en vigor (hasta 2005) una ley que permitía matar a cualquier vasco que desembarcara en sus costas o en el que su presidente, Guðni Jóhannesson quiso prohibir la pizza hawaiana, no resultaría extraño tener un primer ministro tan especial como Benedikt Ríkhardsson ( Ólafur Darri Ólafsson ), el protagonista de la serie islandesa The Minister (una temporada de ocho episodios que se puede ver en Filmin). Un político poco ortodoxo, un verso suelto que atrapa el interés de los ciudadanos que han perdido la fe en la política tradicional y que enerva al establishment de cualquier color político. Ráðherrann, el título oficial de esta rareza dirigida por Arnór Pálmi Arnarson y Nanna Kristín Magnúsdóttir , sigue los pasos de otras series que nos enseñan la trastienda de la política como House of Cards (a ser posible la original, la británica), la estadou- nidense The West Wing , la danesa Borgen o la exótica australiana Total Control : luchas intestinas en los partidos, infidelidades políticas y personales, sórdidos intereses económicos, populismo, corrupción y ambi- ción a paletadas, medios de comunicación que hacen equilibrismos encima de ese fino cable llamado ética… Un thriller político de toda la vida con un peculiar sabor islandés, aderezado con una especia que, como el villikrydd (mezcla de hierbas secas) en la kjotsupa (sopa de cordero especialidad de la isla), le da un regusto especial a este guiso: el trastorno bipolar que Benedikt oculta y que aflora con la presión del cargo. Una enfermedad mental heredada que le lleva a perder el control de la realidad y a protago- nizar situaciones disparatadas que ponen en jaque tanto a su familia ( stricto sensu y política) como al gobierno de un país del tamaño y población de Las Palmas de Gran Canaria (eso sí, con peor clima). The Minister arranca en un plató de televisión que celebra el último debate de la campaña electoral para elegir a los miembros del Alþingi (el Parlamento más antiguo del mundo). Un debate en el que Benedikt, catedrático de Teología y líder del Partido de la Independencia (derecha), inicia su particular montaña rusa con un anuncio: se compromete a gobernar en coalición con el Partido Socialdemócrata (izquierda) únicamente si se registra un 90 por ciento de participación electoral. Un desafío casi imposible que supera apoyándose en un rompedor y populista eslogan de campaña: “No seas idiota”, y, sobre todo, en un báculo que guía su vida política y emocional: su esposa Steinunn ( Anita Briem ), hija del gran capo del partido conservador y dueña de uno de los periódicos más influyentes del país. Vamos, la mujer que maneja el cotarro. Una vez conformado el gobierno, el nuevo primer ministro comienza una carrera impa- rable de decisiones unilaterales, impulsivas, imprevisibles y, en algún caso, hasta infanti- les. Desde la honestidad y la transparencia, Benedikt dice y hace lo que piensa, pero en la mayoría de las ocasiones no piensa en las consecuencias de lo que dice y hace. Desde utilizar Twitter para que los ciudadanos decidan los puntos a incluir en el acuerdo de coalición, hasta poner en cuestión asuntos de gran arraigo para la idiosincrasia islan- desa: la caza de ballenas (cameo vía Twitter de Ben Stiller incluido); la estrecha relación entre Estado e Iglesia; el abandono de la corona islandesa y la adopción de manera unilateral del euro; la ruptura de la política de inmigración del país… Y es que, allí donde erupciona el volcán Benedikt, la polémica está servida. The Minister es una serie ‘de personaje’, en la que Ólafur Darri Ólafsson (True Detective) lo borda dando vida a un presidente como Jed Bartlet ( Martin Sheen ) en The West Wing , y tan peligroso como el tory Francis Urquhart ( Ian Richardson ) en The House of Cards . Un corifeo rodeado de personajes que evolucio- nan al ritmo de su huida hacia adelante: la ya mencionada Steinunn; Hrefna ( Þuríður Blær Jóhannsdóttir ), una sobrepasada jefa de gabinete que no tiene ni manos ni tablas para apagar los incendios que provoca el primer ministro; HallGrímur ( Thor Kristjansson ), un político calculador que deja a Benedikt cocer en la salsa de sus propios errores con la aspiración de sustituirle; Ottar ( Oddur Júlíusson ), un periodista de tan cuestionable credibilidad como lo son sus métodos para conseguir información; Svanhvít ( Tinna Hrafnsdóttir ), una ministra del Interior con, digamos, un fogoso interior… Verla en versión original solo te asustarás los diez primeros minutos, luego te acostumbras a los gruñidos islandeses. LA SERIE The Minister : un volcán en erupción en la política islandesa JUAN NIETO Director de Comunicación FEDIFAR en Twitter: @johnjohn1600 THE MINISTER SIGUE LOS PASOS DE OTRAS SERIES QUE NOS ENSEÑAN LA TRASTIENDA DE LA POLÍTICA E ocio www.aeseg.es | 35
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