REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 36
REDES SOCIALES eía recientemente que, se- gún un estudio de IAB Spain y Nielsen , en España con- tamos ya con 1,56 millones de influencers , un número nada desdeñable que refleja el importante nivel de impacto que las redes sociales han alcanzado en nuestra sociedad. Y es que las redes se han erigido en un escaparate de información, formación y consumo fundamental, algo de lo que son conscien- tes las marcas y los sectores industriales, que las han integrado en sus estrategias de comunicación y marketing como una pieza clave. El sector de la salud no es ajeno a ello y en los últimos años hemos visto cómo la revolución influencer ha llegado también a él. Lucía Galán (@luciamipediatra), Marián García (@boticariagarcia), Alfredo Corell (@alfredocorell)… son algunos de los nom- bres que muchos seguimos con interés. Sin embargo, hay algo que diferencia de forma sustancial a los influencers sanitarios respecto a los de otros sectores: el propio asunto sobre el que trabajan. La salud es algo que preocupa e interesa a todos y, a su vez, el universo online es una de las princi- pales fuentes a las que acudimos cuando queremos saber algo relacionado con ella, en muchas ocasiones antes incluso que a fuentes profesionales. El uso de Internet como fuente de infor- mación sanitaria se ha incrementado de tal manera que, según Eurostat , mientras que en 2011 solo el 38 por ciento de los españoles lo utilizaron con este fin, en 2021 este porcentaje se incrementó hasta cerca del 70 por ciento. Esto, que a priori puede parecer inofensivo e incluso a veces un buen complemento, mal utili- zado puede ser muy perjudicial. En este escenario, y siempre sobre la base de que Internet o las redes socia- les jamás deben sustituir la visita o la consulta al profesional médico, la labor de los influencers en el campo de la salud puede ser fundamental. No en vano, las redes sociales ya no son solo ventanas de entretenimiento, conversación o socialización, sino un referente en el que los usuarios, sobre todo los más jóvenes, buscan información. A grandes rasgos, podemos identificar tres perfiles de influencers en salud: las personas que comparten su expe- riencia, día a día, con su enfermedad; quienes hablan sobre hábitos y estilos de vida saludables (y que pueden tener o no alguna formación en salud); y los profesionales sanitarios, que compar- ten información de utilidad basada en evidencia científica y en su experiencia profesional. Estos últimos constituyen el grueso de influencers sanitarios y su principal fin es ejercer una labor pedagógica con la divulgación de con- tenidos sanitarios de calidad y fiables, ayudando así también a controlar bulos y falsas noticias. En este punto, cabe recordar el caso negativo de algún influencer sin forma- ción en salud recomendando fármacos, de prescripción o no, para indicacio- nes en las que no están aprobados e incluso el de algún otro aconsejando, como si fuera un simple cosmético, un antibiótico impregnado en toallitas para combatir el acné… Consejos de salud sin rigor que pueden tener peligrosas consecuencias y que, además, pueden ser ilegales. No hay que olvidar que la ley prohíbe realizar publicidad de medi- camentos que requieran receta médica salvo en campañas de vacunación apro- badas por las autoridades sanitarias y solo permite publicitar, entre otros, productos sanitarios de autocuidado, dermofarmacia, cosmética y comple- mentos alimenticios. En junio, una noticia suscitaba un interesante debate sobre el que invito a reflexionar: el gobierno de China decidía prohibir a los influencers hablar de temas “complejos” sin la formación adecuada. En el campo de la salud, solo los titulados en Medicina podrán hablar públicamente sobre asuntos relacio- nados con la sanidad y, al hacerlo, los streamers e influencers tendrán que demostrar en la plataforma que corres- ponda que poseen dicha titulación. Y con este telón de fondo, dejo en el aire una pregunta: influencers en salud ¿vale todo? Influencers en salud, no todo vale L LAS REDES SOCIALES YA NO SON SOLO VENTANAS DE ENTRETENIMIENTO, CONVERSACIÓN O SOCIALIZACIÓN, SINO UN REFERENTE EN EL QUE LOS USUARIOS, SOBRE TODO LOS MÁS JÓVENES, BUSCAN INFORMACIÓN ROSA MARÍA GARCÍA Directora Área Salud Estudio de Comunicación En Twitter: @rosamgllorente comunicación www.aeseg.es | 29 NÚMERO 36 | DICIEMBRE 2022
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