REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 34

AMENAZAS EMERGENTES a Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el cambio climático causará unas 250.000 muertes adicionales al año entre 2030 y 2050 como conse- cuencia de las modificaciones en las características de las enfermedades. Muchas enfermedades son muy sen- sibles a los cambios de temperatura y pluviosidad, entre ellas figuran enfer- medades transmitidas por vectores, por ejemplo, el paludismo y el dengue. Otras grandes causas de sobre-mor- talidad atribuible al cambio climático son la malnutrición y las diarreas, debidas al incremento en frecuencia e intensidad de los fenómenos meteoro- lógicos extremos, como olas de calor, inundaciones y sequías que conducen a la escasez de alimentos y los desplaza- mientos de población. Por otra parte, el coste económico de los daños directos para la salud del cambio climático se estima entre los 2.000 y los 4.000 millones de dólares, de aquí al año 2030. Sin embargo, estas cifras económicas y de mortalidad, están muy subestimadas. Serían muy superiores si se consideraran también los impactos indirectos, a corto y largo plazo. El cambio climático representa una amenaza emergente considerable para la salud pública y modifica la manera en que debemos considerar la protec- ción de las poblaciones vulnerables. Las poblaciones de los países en desarrollo, en particular los pequeños Estados insulares, las zonas áridas y de alta montaña, y las zonas costeras densamente pobladas se consideran especialmente vulnerables. La diferente incidencia en las distintas regiones y la posibilidad o no de adaptarse a estos cambios, va a ser esencial para que las poblaciones afectadas puedan vivir en sus hábitats o tengan que desplazarse a otros lugares. Se estima que en el año 2050 habrá cerca de 200 millones de desplazados. Actualmente, es mayor el número de desplazados por el clima que por los conflictos bélicos. En España quizás sean las olas de calor, la contaminación atmosférica, el aumento de la gravedad y extensión de los incendios forestales y las sequías las que tengan un mayor impacto a nivel sanitario, en especial las dos primeras. MORTALIDAD Las olas de calor se relacionaron en el periodo 2000-2009 con una mortalidad de 1.300 muertes/año debidas, en gran parte, al agravamiento de patologías cardiorrespiratorias y neurológicas previas. En el horizonte 2050-2100, en un escenario muy desfavorable de emisiones y sin considerar proceso de adaptación, esta mortalidad puede ascender a 12.000 muertes/año. Por otro lado, se estima que la contami- nación ambiental del aire, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, causa 4,2 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo. Esta mortalidad se atribuye a la exposición a partículas PM2.5, que causan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y cáncer. Se estima que, en 2016, aproximadamente el 58 por ciento de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación atmosférica se debieron a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares, el 18 por ciento a enfermedad pulmonar obstructiva crónica e infecciones respiratorias agudas y el 6 por ciento a cáncer de pulmón. También se ha observado una relación entre la contami- nación del aire exterior y el aumento del cáncer de vías urinarias y vejiga. En nuestro país, se estima que la contaminación at- mosférica se relaciona con más de 31.000 muertes/año de las que 10.000 serían atribuibles a la contaminación atmosférica química a corto plazo. Conocer la incidencia del cambio climá- tico por parte de los profesionales de la salud es esencial para detectar riesgos y vulnerabilidades de forma temprana, prevenir los impactos y articular los correspondientes planes de prevención capaces de reducirlos. En 2015 la Comisión de Salud y Cambio Climático de The Lancet , en el informe “Salud y cambio climático: respuestas políticas para proteger la salud pública” articulaba un ambicioso conjunto de propuestas añadiendo que luchar contra el cambio climático podría ser la mayor oportunidad del siglo XXI en materia de salud mundial: «Los profe- sionales de la salud han luchado contra grandes amenazas para la salud, como el tabaco, el VIH y la polio, y muchas veces se han enfrentado a poderosos intereses a lo largo del camino. Del mismo modo, deben ser pioneros en la respuesta a la amenaza para la salud que representa el cambio climático». Cambio climático y salud pública: ¿a qué retos nos enfrentamos? L CONOCER LA INCIDENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO POR PARTE DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD ES ESENCIAL PARA PREVENIR SUS IMPACTOS JULIO DÍAZ y CRISTINA LINARES Codirectores Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano Escuela Nacional de Sanidad Instituto de Salud Carlos III t ribuna www.aeseg.es | 13 NÚMERO 34 | NOVIEMBRE 2021

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